TU MADRE POR CUALQUIER PEDO

domingo, 2 de mayo de 2010

YO LA LLAMO MI NEGRITA LOCA


Queremos saber algo me dijo ella mientras se frotaba las manos en su jeans.
_Claro dígame. Le dije.
_ Entrega diplomas?
_En ese momento no había entendido ni escuchado la pregunta porque me llamó la atención los gestos de su cara.
Ella es una mujer de ojos oscuros, pelo color azabache y tiene una sonrisa que endulza al corazón. Ella estaba con su hermana la cual tuvo la fantástica idea de dejarla hablar. Al entender su pregunta le respondí:
_Claro… se entrega diploma al final del curso.
Generalmente cuando explico lo que yo hago que es ayudar a la gente a aprender lo que yo sé, formo toda una parafernalia y trampolines de palabras para que mi explicación no sea en vano. Sin embargo ese día me quede mudo. No supe que decir. No supe que agregar. Me sentí nervioso. Fue tan pobre lo que dije que no pensé que regresaría. No tuve que hacer esfuerzo para verla cuando se iba. Deje de verla hasta que se perdió como a una cuadra de mi casa.
Esa noche no deje de pensar en ella. Su mirada estaba presente en mi pensamiento.
Cuando ella llego, mi corazón palpito tan fuerte que parecía que se iba a salir. Trate de disimular. Pero tenía una cara de estúpido que estoy seguro que todos se dieron cuenta. Mi experiencia como pedagogo se fue al suelo. Sentí que una sombra me agarraba el corazón me lo tiraba al suelo, lo recogía y lo pateaba como queriendo hacerme aterrizar por ver semejante mujer.
Todo ocurrió como en sueños. Ella me pidió mi número para saludarme en navidad. Me sorprendí cuando lo hizo. Talvez ella no se dio cuenta pero en la segunda vez que me saludo yo le respondí diciéndole que ellas eran muy especiales para mí. Lo dije en plural por miedo a que supiera que me gustaba. Y termine escribiéndole: Las quiero mucho. Yo quería decir: te quiero mucho.
Mi felicidad aumento drásticamente cuando nos enamoramos. Yo le confesé que estaba enamorado. Sentí mucho miedo. Primero porque no estaba asimilando las cosas de manera clara. Un tiempo más tarde ella me bajo de la nube diciéndome que ya no quería que siguiéramos. Yo llore- lo confieso. Sentí que el corazón había dejado de ayudarle a mi cuerpo. Sentía celos del aire. Celos que no tenia porque tenerlos si yo no soy quien para decidir sobre ella por mi estado marital. Siento que estoy en deuda con Dios porque ella aun me ama. Yo sentado desde aquí solo quiero decirle a pesar de todo ella es mi niña linda. Y le reitero que sería incapaz de hacerla sufrir. Quiero decirle que me vuelve loco cuando me dice que me ama. Quiero decirle que estoy dispuesto a estar triste para que ella este feliz. También quiero decirle que el amor que yo siento jamás va a desaparecer. Quiero decirle que no hay nada más lindo que quererla. Y quiero que su corazón guarde el secreto de lo mucho que la amo. Muchísimas gracias por ser como sos mi amor. Te amo un monton negrita